
Vivimos en un mundo muy estresante y sin valorar lo verdaderamente importante. No nos paramos a pensar cómo estamos o nos sentimos. Si nos preguntan ¿Qué queremos ser? Diríamos que felices. Esa felicidad la definiríamos en: no tener prisa, ir relajados, tener paz interior, saber encontrar el camino adecuado en las diferentes situaciones de nuestra vida, no sentirnos solos…
Pero la felicidad la confundimos y pensamos que es un estado…que solo puedo estar feliz un momento…pero no es así, la felicidad es una forma de vivir, que no depende del exterior. Este plan que vamos a llevar a cabo con mucha ilusión es una manera de enseñar a vivir al alumno. No es un estado es una manera de ser.
Aceptar y respetar su cuerpo: quererse y valorarse, porque son únicos y especiales tal como son.
Sepan identificar sus emociones en situaciones que se le presentan y puedan dar solución ellos mismos
Tengan una conexión especial con Dios. Sepan que no están solos y que todo es posible con Él a nuestro lado. Así llegarán a tener un corazón habitado, con unos fuertes valores.